
La magia de la Copa vuelve a sonreír a Lebrija
El Antoniano logra la épica en el 82
COPA DEL REYDESTACADO
La Copa del Rey tiene memoria. Y anoche, en Lebrija, recordó que los sueños son totalmente posibles. El Atlético Antoniano, un Segunda RFEF con más corazón que presupuesto, tumbó por 1-0 al Castellón y firmó otra página bonita de esas que hacen que esta competición siga siendo diferente.


El partido arrancó con aviso del Castellón: un disparo de Markanich en el minuto cuatro que Matías Árbol, el portero local, desvió con reflejos felinos. Fue casi lo único claro de los de Pablo Hernández, que pronto se atascaron en un césped que parecía encogerse cada vez que tenían el balón.
El Antoniano, con paciencia y fe, fue metiendo el partido en su terreno. En la primera parte ya avisó con un tiro al palo de Raúl Rojas tras una pérdida rival. En la segunda, la grada empujaba y los de Lebrija se lo empezaron a creer. El Castellón movía el balón sin colmillo; el Antoniano, sin miedo.


Y entonces llegó el minuto 82. Centro desde la izquierda, el balón se pasea por el área y Juan Serrano, que había entrado hace poco, aparece para empujarla con el alma. Gol. Estadio en pie. Y esa sensación de que el fútbol, a veces, sí entiende de justicia poética.
El Castellón lo intentó en los últimos minutos, pero ya no había camino de vuelta. La imagen fue dura: jugadores con la cabeza baja, sabiendo que la Copa se escapaba ante un rival de categoría inferior. Para los de Lebrija, en cambio, fue noche grande: vestuario en euforia, abrazos, y el pueblo en la calle.
El Antoniano avanza, el Castellón se despide. Pero más allá del resultado, este partido nos recuerda por qué amamos este deporte: porque la ilusión, a veces, le gana al presupuesto.






































